El juego del escondite

«¡No me pueden ver!».

Oración y el tiempo de Dios

A veces, Dios se toma su tiempo para responder nuestras oraciones, y nos cuesta entenderlo.

Fe renovada

Cuando nuestro hijo luchaba contra su adicción a la heroína, si me hubieran dicho que Dios usaría nuestra experiencia para alentar a otras familias con este tipo de luchas, me habría resultado difícil creerlo. Dios tiene una manera de sacar cosas buenas de circunstancias difíciles que no siempre es fácil de ver en el momento.

La mejor parte

«¡Su porción es más grande!».

Experimentar su fortaleza

«¿Encontraremos víboras?», preguntó Alan, un jovencito de nuestro vecindario, cuando empezamos a caminar junto a un río cercano.

Paz y confianza

Cuando tenía seis años, subí por primera vez a una montaña rusa con mis hermanos mayores. En cuanto llegamos a un giro a gran velocidad, rompí a gritar: «¡Detengan esto ahora mismo! ¡Quiero bajarme!». Por supuesto, la montaña rusa no se detuvo, y tuve que aguantarme hasta que terminó el recorrido.

El llamado de Dios

Una mañana, mi hija le dio su teléfono celular un momento a su pequeño de once meses para que se entretuviera. Menos de un minuto después, sonó mi teléfono, y cuando contesté, escuché su vocecita. De alguna manera, había apretado el número de discado rápido para llamarme, y tuvimos una conversación inolvidable. Mi nieto solo dice unas pocas palabras, pero conoce mi voz y responde. Así que hablé con él y le dije cuánto lo amaba.

La hermosura del quebrantamiento

El kintsugi es el antiguo arte japonés de reparar cerámica rota. Se utiliza polvo de oro mezclado con resina para reparar piezas fracturadas o rellenar las grietas. En lugar de esconder el arreglo, este arte saca belleza de algo roto.

Descubrir la salida

En la ciudad de Santa Barbara, en California, hay una calle con un nombre curioso: «Salsipuedes». Cuando se le dio nombre a la calle, la zona estaba alrededor de un pantano que a veces se inundaba, y los urbanistas, que hablaban español, apodaron el lugar con una advertencia nada sutil de permanecer alejados.

Alabanza en la oscuridad

Aunque mi amigo Mickey estaba perdiendo la vista, me dijo: «Seguiré alabando a Dios cada día, porque ha hecho mucho por mí».